5 millones mensuales. 60 millones al año. Tal es el caudal que ingresa a las arcas de la DERRAMA MAGISTERIAL. 60 millones resultan más que suficientes para ser tentado a tomar el poder. 60 millones bastan para creerse dueño de la verdad, dueño del Perú.
La cúpula del CEN del Sutep va elevándose al nivel de los grupos de poder. No sólo piseotean a sus agremiados, los profesores; no sólo compran espacios radiales y televisivos para desacreditar a sus aportantes; sino que insultan al propio presidente y a la dama de la nación. Hasta estos límites ha crecido su soberbia. Se dicen socialistas, comunistas, luchadores por la causa trabajadora, proletaria, popular; pero en realidad representan a una banda de gánsters, delincuentes insaciables de dinero. Controlan una buena porción de la economía del pais, finanzas, bienes raíces, turismo, construcción. Y tienen bien clavada la nariz en la política. Se han planteado una meta: tomar el poder. Con Fujimori no les fue mal. Al APRA supieron torearlo. Toledo le resultó un hueso suave de roer. Y aunque Ollanta les dio la espalda, hoy mueven toda su logística para derrocarlo. Peleles no les falta. Allí tienen a Gregorio Santos, presidente del gobierno regional de Cajamarca, una de sus mejores fichas en este juego de ajedrez. Han apostado por él. Una buena inversión sin duda. Y le otorgan todo su apoyo. A esta ficha (Gregorio Santos Guerrero) la educaron ellos, en las filas del partido con corazón de sanguijuela. Santos fue profesor Patria Roja, promovido por este partido para tomar el poder el Cajamarca. Lo ha logrado. Y ahora pretenden desestabilizar al gobierno.Y así, desde Tumbes hasta Tacna, Patria Roja, como un cáncer hambriento, va alargando sus hilos abrazadores. Se aferrra al cuerpo del organismo, cual rémora, para triturarlo. Vive de los profesores, y a la vez les succiona la sangre. Es el típico partido oportunista, chantajista, parasitario. No aporta nada a la nación. Vive a expensas del sudor del magisterio. Compra periodistas, políticos, medios de comunicación, congresistas... como quien compra medio kilo de huevos.
A sus militantes, eternos chicheñó, no les importa la moral, sólo la consigna. Les importa recibir su cheque secreto, o su kilo de arroz, en esas reuniones secretas, y a seguir adelante. La consigna es la consigna, no hay que juzgarla, enjuiciarla ni interpretarla. Gregorio Santos no actúa de modo diferente. Después de todo sabe que el premio por la fidelidad al partido es suculento, como fueron premiados todos aquellos que ayudaron y ayudan a saquear al sufrido maestro.
La cúpula del CEN del Sutep va elevándose al nivel de los grupos de poder. No sólo piseotean a sus agremiados, los profesores; no sólo compran espacios radiales y televisivos para desacreditar a sus aportantes; sino que insultan al propio presidente y a la dama de la nación. Hasta estos límites ha crecido su soberbia. Se dicen socialistas, comunistas, luchadores por la causa trabajadora, proletaria, popular; pero en realidad representan a una banda de gánsters, delincuentes insaciables de dinero. Controlan una buena porción de la economía del pais, finanzas, bienes raíces, turismo, construcción. Y tienen bien clavada la nariz en la política. Se han planteado una meta: tomar el poder. Con Fujimori no les fue mal. Al APRA supieron torearlo. Toledo le resultó un hueso suave de roer. Y aunque Ollanta les dio la espalda, hoy mueven toda su logística para derrocarlo. Peleles no les falta. Allí tienen a Gregorio Santos, presidente del gobierno regional de Cajamarca, una de sus mejores fichas en este juego de ajedrez. Han apostado por él. Una buena inversión sin duda. Y le otorgan todo su apoyo. A esta ficha (Gregorio Santos Guerrero) la educaron ellos, en las filas del partido con corazón de sanguijuela. Santos fue profesor Patria Roja, promovido por este partido para tomar el poder el Cajamarca. Lo ha logrado. Y ahora pretenden desestabilizar al gobierno.Y así, desde Tumbes hasta Tacna, Patria Roja, como un cáncer hambriento, va alargando sus hilos abrazadores. Se aferrra al cuerpo del organismo, cual rémora, para triturarlo. Vive de los profesores, y a la vez les succiona la sangre. Es el típico partido oportunista, chantajista, parasitario. No aporta nada a la nación. Vive a expensas del sudor del magisterio. Compra periodistas, políticos, medios de comunicación, congresistas... como quien compra medio kilo de huevos.
A sus militantes, eternos chicheñó, no les importa la moral, sólo la consigna. Les importa recibir su cheque secreto, o su kilo de arroz, en esas reuniones secretas, y a seguir adelante. La consigna es la consigna, no hay que juzgarla, enjuiciarla ni interpretarla. Gregorio Santos no actúa de modo diferente. Después de todo sabe que el premio por la fidelidad al partido es suculento, como fueron premiados todos aquellos que ayudaron y ayudan a saquear al sufrido maestro.
Fuente: Magisterio Peruano
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