Uno de los problemas que afronta la educación peruana es que la tecnoburocracia - de dentro y fuera del Ministerio de Educación- pretende resolver la crisis educativa copiando modelos externos de reformas educativas auspiciados por organismos de la oligarquía imperialista mundial como el Banco Mundial, el BID, etc. o imponiendo criollas adaptaciones de diseños educativos únicos.
Ambos tienen graves falencias al omitir la crucial participación del maestro- y de su gremio representativo el SUTEP- en el diseño de dichas reformas- incluido su participación en el propio Consejo Nacional de Educación- y porque no hay un serio compromiso para diseñar un proyecto educativo nacional que sabemos descansa en una profunda transformación del poder político y de la sociedad peruana desde la óptica de las clases populares y no del imperialismo.
Debe señalarse, asimismo, que el Estado Peruano no sabe a donde conducir la educación del país pues no le garantiza ni los recursos económicos ni tiene definido un norte nacional para la misma lo que conspira contra la propia calidad (art. 13º) y equidad educativa (art. 18º) en que nos han embarcado ahora con la Ley de Educación Nº 28044.
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