¡DEROGATORIA DE LA NEFASTA LEY DE LA REFORMA MAGISTERIAL Nº 29944!

lunes, 18 de octubre de 2010

Obama privatiza educación, aumenta segregación escolar y socava los sindicatos de maestros


Las “escuelas charter” (charter schools) continúan estratificando a los estudiantes según la raza, clase y posiblemente la lengua, mientras virtualmente existe más aislacionamismo racial en las escuelas públicas tradicionales de cada estado y grandes zonas metropolitanas del país. La actual expansión de las “escuelas charter” marca un proceso de privatización de las escuelas públicas.


Las “escuelas charter” a menudo se comercializan como incubadoras de innovación educativa y conforman una característica dominante del orden del día en la reforma escolar de la administración Obama. Pero de hecho, en algunas comunidades urbanas pueden fomentar la segregación en las escuelas y socavar la enseñanza pública.


Un estudio del Proyecto Derechos Civiles de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA, sigla en inglés), “Opción sin Equidad: La segregación en la escuela autónoma y la necesidad de estándares de derechos civiles”, asegura que las “escuelas charter”, particularmente en el oeste de EEUU, son refugios para la re-segregación blanca en las escuelas públicas. “El movimiento de las “charters” ha prosperado en un período de retroceso de los derechos civiles”, declaró el profesor Gary Orfield, codirector del proyecto UCLA.


En muchas “escuelas charter”, el 90% a 100% del alumnado son estudiantes de la minoría [negra y latina], cerca del doble del índice de las escuelas públicas tradicionales. Pero incluso las “escuelas charter”, que tienen la misión social de promover la equidad económica y racial, todavía sobrepasan los límites planteados por la selectividad y la exclusión.


La política nacional de educación de Obama apoya la expansión de “escuelas charter” para minar la enseñanza pública y los sindicatos de maestros. Obama quiere atar el pago de los profesores al rendimiento del estudiante, que sería medido mediante un test con puntajes. Los sindicatos de profesores de toda la nación son contrarios al pago por méritos basados en el rendimiento escolar, mientras los profesores quieren igualdad de salario por igual trabajo y garantías de un financiamiento justo para las escuelas de alumnos de bajos ingresos. Los sindicatos de profesores de “escuelas charter” son conocidos por su resistencia a esta práctica [basada en el rendimiento escolar] y alegan que conduce a la segregación, no sólo de la población estudiantil sino también de la fuerza de trabajo educacional.


La expansión actual de las “escuelas charter” es lisa y llanamente un proceso de privatización de las escuelas públicas. Se arguye que las escuelas no están mejorando, pero en cambio se sustituyen escuelas públicas por instituciones privadas “sin fines de lucro” y sin sindicatos. A menudo, las “escuelas charter” son acusadas de crear “estudiantes cosechadores de cerezas” por imponer tests con exigencias más altas, abandonando a los alumnos de ingresos bajos y dificultando la enseñanza a estudiantes de sistemas públicos inadecuadamente financiados. El ministro de educación de Obama, Arne Duncan, mientras fue Superintendente de Escuelas en Chicago [estado Illinois] cerró 70 escuelas de vecindarios pobres, con el resultado de la pérdida de 6.000 profesores sindicalizados.


El novato senador Obama de Illinois duplicó la cantidad de “escuelas charter” en su estado, a pesar de las reservas de profesores, líderes de la comunidad y sindicatos. Aparentemente, Obama comparte la retórica ideológica de que las “escuelas charter” serían de alguna manera locomotoras de la innovación que promete mejorar los resultados de todas las escuelas públicas, pero lisa y llanamente el ímpetu real detrás de las “escuelas charter” no apunta a la innovación, ni a mejorar las “escuelas charter”, sino a privatizar las escuelas públicas.


El 30 de julio de 2009 el Comité de Asignaciones del Senado aprobó un aumento de 40 millones de dólares para el financiamiento de Programas Federales de “Escuelas Charter” (CSPs), elevando la financiación total a 256 millones para el ejercicio económico 2010. También incluyó la aprobación de inversiones significativas en la reforma educativa, alineada fuertemente entre las prioridades de la administración Obama. El desembolso sin precedentes considera una gota para los sindicatos de trabajadores de la educación: el dinero fluirá a los distritos que alteran los pagos y las disposiciones sobre antigüedad de los contratos entre los estados y los sindicatos, desplegando la alfombra para las “escuelas charter” (sobre todo aquellas sin sindicatos).


Las escuelas públicas ahora serán forzadas a elegir el estímulo del dinero por sobre la política, una forma de extorsión económica en aras del creciente control federal y corporativo en la toma de decisiones, especialmente en un momento en que muchos de estos estados están financieramente insolventes. Los operadores no lucrativos y privados de “escuelas charter” están listos para hacer grandes aumentos al paquete de incentivo federal. Varios estados ya han enmendado sus leyes para ampliar las “escuelas charter”, con financiamiento público pero gestión privada.


Cuanto hace la administración Obama, con el secretario de educación Arne Duncan, es parte integrante de la adopción de típicas normas neo-liberales: manejo de fondos federales de estímulo como arma financiera para forzar a todos los estados a incrementar la cantidad de “escuelas charter”, así aquellos estados que no las tengan están presionados para aprobar la legislación que las autoriza. Torciendo el brazo financiero en medio de la desastrosa crisis económica, la administración Obama planea utilizar el poder del gobierno federal para crear un mercado nacional mucho más grande para los proveedores de “escuelas charter”, tengan o no fines lucrativos, sean virtuales “escuelas charter”, EMOs (sigla en inglés de empresas conocidas como Organizaciones de Mantenimiento de la Educación) o sólo operadores.

Utilizar al gobierno para crear interesantes oportunidades de negocios está en el corazón de las políticas económicas neoliberales y porque los devotos del mercado necesitan y disfrutan del gobierno, el papel de éste es impulsar legislación que desencadene políticas públicas favorables a negocios rentables y estimuladores de la maximización del capital privado, mientras los costos privados se cargan al público.

Pero eso no es todo.


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