LA TELARAÑA DE LA CORRUPCIÓN Y SUS CORTINAS DE HUMO

HUMALA EN SU PEOR MOMENTO

noviembre 12th, 2014

POLÍTICA

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LAS CORTINAS DE HUMO DE SU GOBIERNO

En un párrafo que resume las tragedias humanas de la terrible década del se­tenta del sangriento siglo XX, Kundera nos recuerda cómo la frágil memoria colecti­va olvida en unas pocas semanas las atrocida­des vistas en diarios y noticieros de televisión para horrorizarse inmediatamente con nuevas informaciones sobre otras atrocidades. Así funciona la mente humana, como bien lo des­cubrió y lo describió la psicóloga rusa Bluma Zeigarnik en el ya lejano 1927.

Antes y después del descubrimiento y la descripción de Zeigarnik y Kundera, los po­derosos de la Tierra se dieron cuenta de la fragilidad de la memoria de los hombres, sobre todo de la poca capacidad de recordar de los seres menos informados, menos culti­vados, y más susceptibles al engaño y a la desinformación. Aprovechando esa vulnera­bilidad, los individuos con poder y sin escrú­pulos se dieron maña siempre para engañar a las masas, inventando historias que las llevaran a vivir en una permanente distrac­ción. Con el avance de la ciencia y de la tec­nología, los poderosos convirtieron ese re­curso en una rama de las ciencias del comportamiento, creando una suerte de psicología de la desinformación, a saber, los operativos psicosociales, también conocidos como cortinas de humo.

EL “ASESINATO” DE EDITA GUERRERO

Semanas atrás, cuando el régimen del señor presidente se encontraba acosado por la protesta popular ante la inacción guber­namental en diversos temas, una llamada “anónima” a un canal de televisión dio inicio a la temporada de caza de un dentista con menos recursos intelectuales que un cobra­dor de microbús, y que, para mala suerte suya, era el viudo de la más importante cantante de cumbia de estos tiempos y que había fa­llecido por la rotura de un aneurisma cere­bral, según los médicos que certificaron su defunción.

Como quiera, que los operadores políti­cos del Partido Nacionalista no podían de­fender el aumento de ciento por ciento en los sueldos de los ministros de la pareja presidencial ni explicarle al pueblo por qué los precios de los comestibles subían diaria­mente, las enfermedades infantiles aumen­taban y la economía se desaceleraba brus­camente, los operadores psicosociales de los servicios de seguridad tomaron la posta y lanzaron la especie de que el odontólogo había matado a la cumbiambera. Acto se­guido, unos patólogos realizaron una autop­sia al cuerpo exhumado de la cantante y, violando todos los procedimientos e igno­rando el certificado de defunción, decreta­ron que Edita Guerrero había sido asesina­da. Horas más tarde, el mismo fiscal de la Nación que había titubeado ante varios ca­sos que merecían rapidez y energía, dijo en rueda de prensa que los resultados de la autopsia señalaban la comisión de un cri­men, y ordenó la detención del dentista. Éste “burló” la persecución policial y se escondió en la casa de una tía. Y ahí se quedó… y la policía no lo capturó, por lo menos hasta que fue necesario que esa captura tapara los novísimos problemas del régimen.

FUENTE: 

http://semanarioimpacto.pe/humala-en-su-peor-momento/